Durante el fin de semana, puedes hacer que tu semana sea mucho mejor de lo que piensas. Consejos para dejar el estrés atrás...
Mientras algunos pasarán su fin de semana recurriendo a distintas técnicas para aliviar tensiones antes que la semana laboral empiece, otros se la pasarán maldiciendo porque pronto hay que volver a trabajar.
Bien, si eres de los quejosos, lo primero será dejar de maldecir. Ahora echemos un vistazo a las distintas formas de prepararte para la semana que empieza.
Todo se resume a las elecciones, y son muchos los que eligen tomar por la ruta de la negatividad. ¿Por qué no ir por el camino positivo? Después de todo, es mucho menos estresante.
Y aunque puedes pensar que planificar es una tarea pesada, lo cierto es que mientras más planifiques tu vida mayores serán las posibilidades de reducir el estrés e incrementar la sensación de control. La planificación te otorga la libertad de ser espontáneo. Asimismo, prepararte para el trabajo es una inversión para tu salud a largo plazo.
Entonces, ¿cómo hacer para preparar a tu familia y a ti mismo para la semana laboral que comienza? Sigue estos consejos:
Prepárate para ser feliz: la felicidad es una opción. Durante el domingo, si estás pensando en un cliente, proveedor, o manager, estás permitiendo que ese cliente, proveedor, o manager decida tu felicidad. Debes recobrar la capacidad de elegir. Elige ser feliz, apasionado y organizado, y lo que quieras lograr se hará finalmente realidad.
En consecuencia, ¿cómo evitan —tu familia y tú— ese malestar propio del domingo a la noche? Pues bien, primero identifica lo que te está molestando y escríbelo en un papel. Ahora que ahí tienes el problema, avócate a solucionarlo. Claro que puedes hacerlo.
Establece un itinerario de alimentación: esto quiere decir que deberás saber lo que vas a comer tanto en los almuerzos como en las cenas. Confecciona un plan alimentario junto a tu pareja y compra todo lo que necesites para la semana. De esta forma, no perderás tu valioso tiempo laboral pensando en qué cocinar.
Planifica el viaje al trabajo con practicidad: calcula cuánto tiempo va a tomarte verdaderamente. Deberás contar desde el momento en que levantas tu cabeza de la almohada hasta que te sientas en el escritorio. De esta manera, reducirás el estrés a lo largo del camino. Una vez que estés manejando hacia el trabajo, lo recomendable es permanecer sobre la derecha para ir más rápido.
Levántate 15 minutos más temprano: utiliza el tiempo extra para tomar relajadamente un desayuno delicioso, en lugar de salir corriendo con una dona en tu boca. Mientras más cómodo inicies tu día, mejor podrás manejar el estrés.
Escribe las cosas: ¿te olvidas siempre del teléfono celular o de la billetera cuando te vas al trabajo? Confecciona una lista con los ítems que regularmente llevas contigo y colócala en el visor de tu auto. Otra posibilidad es poner un calendario visual en el refrigerador, de modo que todos puedan saber dónde están todos y qué están haciendo.
Primero haz las cosas importantes: las horas de las 9 a.m. a las 11 a.m. son las más productivas. Prepárate para proteger con tenacidad la mañana de las reuniones y los e-mails. De esta forma, lograrás terminar —o, al menos, encauzar— el trabajo más importante o pesado del día por la mañana.
Prepárate para pedir lo que necesitas: todos necesitan algo del trabajo, ya sea la posibilidad de ser más creativo, la posibilidad de dirigir, mayor apoyo, un salario más alto, o cualquier otra cosa. Necesitas individualizar qué necesitas para ser feliz. Si no te sientes a gusto, puede que estés allí físicamente pero tu psiquis estará en otra parte. Ponte de pie y efectúa tus reclamos: di que necesitas mayores oportunidades o mayor apoyo para tus proyectos.
Pregunta cómo puedes ayudar: al mismo tiempo, en lugar de sólo preguntar a los demás qué pueden hacer por ti, piensa en qué puedes hacer tú por los demás. Cuando a colegas, clientes y compañeros, lo lógico es que ellos hagan lo mismo por ti.
Deja de quejarte: lloriquear constantemente es algo que consume tus niveles de energía, así que ponte bien en la cabeza que no debes hacerlo.
¿Acaso te ayuda en algo? Simplemente no agrega nada y contribuye sensiblemente a incrementar tus niveles de estrés.
Acepta que la semana que comienza implicará cambios para ti: los cambios son una constante en los negocios y en la vida, y también son una fuente de estrés. Cuando estás abierto y presentas flexibilidad a los cambios, reduces el estrés, y tu pasión comienza a incrementarse —lo que significa que eres más productivo y efectivo—.
Bien, si eres de los quejosos, lo primero será dejar de maldecir. Ahora echemos un vistazo a las distintas formas de prepararte para la semana que empieza.
Todo se resume a las elecciones, y son muchos los que eligen tomar por la ruta de la negatividad. ¿Por qué no ir por el camino positivo? Después de todo, es mucho menos estresante.
Y aunque puedes pensar que planificar es una tarea pesada, lo cierto es que mientras más planifiques tu vida mayores serán las posibilidades de reducir el estrés e incrementar la sensación de control. La planificación te otorga la libertad de ser espontáneo. Asimismo, prepararte para el trabajo es una inversión para tu salud a largo plazo.
Entonces, ¿cómo hacer para preparar a tu familia y a ti mismo para la semana laboral que comienza? Sigue estos consejos:
Prepárate para ser feliz: la felicidad es una opción. Durante el domingo, si estás pensando en un cliente, proveedor, o manager, estás permitiendo que ese cliente, proveedor, o manager decida tu felicidad. Debes recobrar la capacidad de elegir. Elige ser feliz, apasionado y organizado, y lo que quieras lograr se hará finalmente realidad.
En consecuencia, ¿cómo evitan —tu familia y tú— ese malestar propio del domingo a la noche? Pues bien, primero identifica lo que te está molestando y escríbelo en un papel. Ahora que ahí tienes el problema, avócate a solucionarlo. Claro que puedes hacerlo.
Establece un itinerario de alimentación: esto quiere decir que deberás saber lo que vas a comer tanto en los almuerzos como en las cenas. Confecciona un plan alimentario junto a tu pareja y compra todo lo que necesites para la semana. De esta forma, no perderás tu valioso tiempo laboral pensando en qué cocinar.
Planifica el viaje al trabajo con practicidad: calcula cuánto tiempo va a tomarte verdaderamente. Deberás contar desde el momento en que levantas tu cabeza de la almohada hasta que te sientas en el escritorio. De esta manera, reducirás el estrés a lo largo del camino. Una vez que estés manejando hacia el trabajo, lo recomendable es permanecer sobre la derecha para ir más rápido.
Levántate 15 minutos más temprano: utiliza el tiempo extra para tomar relajadamente un desayuno delicioso, en lugar de salir corriendo con una dona en tu boca. Mientras más cómodo inicies tu día, mejor podrás manejar el estrés.
Escribe las cosas: ¿te olvidas siempre del teléfono celular o de la billetera cuando te vas al trabajo? Confecciona una lista con los ítems que regularmente llevas contigo y colócala en el visor de tu auto. Otra posibilidad es poner un calendario visual en el refrigerador, de modo que todos puedan saber dónde están todos y qué están haciendo.
Primero haz las cosas importantes: las horas de las 9 a.m. a las 11 a.m. son las más productivas. Prepárate para proteger con tenacidad la mañana de las reuniones y los e-mails. De esta forma, lograrás terminar —o, al menos, encauzar— el trabajo más importante o pesado del día por la mañana.
Prepárate para pedir lo que necesitas: todos necesitan algo del trabajo, ya sea la posibilidad de ser más creativo, la posibilidad de dirigir, mayor apoyo, un salario más alto, o cualquier otra cosa. Necesitas individualizar qué necesitas para ser feliz. Si no te sientes a gusto, puede que estés allí físicamente pero tu psiquis estará en otra parte. Ponte de pie y efectúa tus reclamos: di que necesitas mayores oportunidades o mayor apoyo para tus proyectos.
Pregunta cómo puedes ayudar: al mismo tiempo, en lugar de sólo preguntar a los demás qué pueden hacer por ti, piensa en qué puedes hacer tú por los demás. Cuando a colegas, clientes y compañeros, lo lógico es que ellos hagan lo mismo por ti.
Deja de quejarte: lloriquear constantemente es algo que consume tus niveles de energía, así que ponte bien en la cabeza que no debes hacerlo.
¿Acaso te ayuda en algo? Simplemente no agrega nada y contribuye sensiblemente a incrementar tus niveles de estrés.
Acepta que la semana que comienza implicará cambios para ti: los cambios son una constante en los negocios y en la vida, y también son una fuente de estrés. Cuando estás abierto y presentas flexibilidad a los cambios, reduces el estrés, y tu pasión comienza a incrementarse —lo que significa que eres más productivo y efectivo—.
Recuerda que tú eres un hombre bello y saludable...sé feliz en tu semana laboral!
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