Soy un hombre separado de 46 años, con dos hijos chicos. Vivo al lado de su casa, con lo cual puedo disfrutarlos diariamente. Mi relación con ellos es muy cercana, y no es mala con la madre. Los mantengo económicamente como puedo, pues no tienen otro ingreso.
Si bien me considero con la dicha y la obligación de ser el papá de mis hijos, también siento necesidad de contar con una pareja .
No me resulta muy difícil conocer gente. En algunos casos, a priori, existen muchas coincidencias con mi forma de ver la vida que, me preocupo por exponer desde el primer momento. No pienso en la convivencia y le dedico mucho tiempo a mis hijos.
Esto en principio es aceptado y fomentado pero inexorablemente, hasta el momento, al poco tiempo es motivo de cuestionamientos y me ha llevado a terminar más de una pareja.
No entiendo por qué si de entrada expongo las cosas con claridad y son aceptadas, al poco tiempo se cambia de forma de ver.
No creo que haya una respuesta clara, pero me gustaría conocer que opinión tienes.
Gracias. Jorge, 46.
Las personas desempeñamos en nuestra vida distintos roles paralelos y simultáneos. Somos hombre o mujer, papá o mamá, pareja, trabajador/a, hij@, amig@. El hecho de ser cada una de esas cosas no impide que podamos ejercer las otras con la misma dedicación e intensidad.
No por el hecho de ser buenos trabajadores dejamos de ser buenos amigos ni si somos buenos hijos dejamos de ser buenos padres. Una de las claves consiste en poner toda nuestra energía en aquello que estamos haciendo en el momento presente y dedicarnos con la misma pasión a lo que nos toca hacer en el instante siguiente.
La relación de pareja está basada sobre 3 pilares fundamentales: la pasión, la intimidad y el compromiso.
Cada ser humano trae al encuentro con otro, para construir una pareja, su propio triángulo del amor. Los lados de este triángulo no son equiláteros; cada persona otorga una mayor o menor importancia a cada uno de ellos y las diferencias interpersonales son las que suelen generar las dificultades en la conformación de un vínculo sano y armonioso.
La pasión es la fuerza y la energía que depositamos en el vínculo con el otro y en la relación de pareja suele estar referida al campo sexual, aunque no siempre es así (una pareja, por ejemplo, puede expresar su pasión a través de los conflictos, aunque esto no sea lo más constructivo).
La intimidad es el espacio compartido solamente entre esas dos personas, aquellos momentos en los cuales ambos están emocionalmente abiertos, vulnerables (y seguros) delante del otro. Y el compromiso es la decisión consciente de construir un proyecto conjunto, tenga éste la calidad que sea.
Si alguno de estos componentes no está, o existe entre ambos una diferencia muy marcada en cuanto a las necesidades con respecto a cada uno de ellos, existe el riesgo de que la pareja no se sostenga.
Según tu planteamiento, observo dos situaciones fundamentales. Una se relaciona con la posible diferencia entre tu sentido del compromiso con respecto a la formación y mantenimiento de una pareja y el de las mujeres con quienes te has encontrado.
Las parejas tienen ciclos, que van cambiando a medida que transcurre el tiempo y se produce una evolución natural de la relación.
Es probable que ellas (con quienes eventualmente se ha terminado la relación) quisieran pasar a una etapa más avanzada de la pareja que implica un mayor nivel de compromiso (más tiempo juntos, compartir la vivencia de los chicos, eventualmente la convivencia) mientras que tú quieres seguir manteniéndola en un estado menos comprometido. Y entonces se produce la ruptura.
Por otro lado, el hecho de ser papá dedicado (me parece excelente que lo seas) no implica que no puedas compartir ambos roles.
Cuando estás con tus hijos puedes dedicarles tu atención completa; cuando estás con tu pareja, hacer lo mismo y finalmente también es posible coordinar ambos roles, sin descuidar a ninguno de ellos, haciendo actividades en conjunto, que todos disfruten.
Creo que podrías reflexionar sobre tu visión con respecto a la pareja para darte cuenta de lo verdaderamente quieres y pensar si tus hijos no están sirviéndote como excusa o como barrera para evitar un vínculo más comprometido.
En el caso de que lo que quieras sea una relación sin mayor nivel de obligaciones, tendrás que encontrarte con alguna mujer que esté dispuesta a lo mismo, con todo lo que esto implica.
Pero es posible que estas relaciones no tengan una muy larga duración, porque con el correr del tiempo, salvo excepciones, las personas vamos necesitando acercarnos y compartir distintas áreas de la vida, así como construir proyectos conjuntos.
Ambos aspectos (tus hijos y tu pareja) pueden perfectamente formar parte integral de tu vida. Sólo tienes que dejarlos confluir.
En todo caso, te deseo mucho éxito en conseguir lo que deseas y que ello te produzca felicidad.
Lic. Verónica Kenigstein
Periodista, Master en Educación sexual y género
Dirige De amor y de sexo, multimedios
www.deamorydesexo.cjb.net
Para consultas sobre amor y sexualidad:
consultas@deamorydesexo.cjb.net
Si bien me considero con la dicha y la obligación de ser el papá de mis hijos, también siento necesidad de contar con una pareja .
No me resulta muy difícil conocer gente. En algunos casos, a priori, existen muchas coincidencias con mi forma de ver la vida que, me preocupo por exponer desde el primer momento. No pienso en la convivencia y le dedico mucho tiempo a mis hijos.
Esto en principio es aceptado y fomentado pero inexorablemente, hasta el momento, al poco tiempo es motivo de cuestionamientos y me ha llevado a terminar más de una pareja.
No entiendo por qué si de entrada expongo las cosas con claridad y son aceptadas, al poco tiempo se cambia de forma de ver.
No creo que haya una respuesta clara, pero me gustaría conocer que opinión tienes.
Gracias. Jorge, 46.
Las personas desempeñamos en nuestra vida distintos roles paralelos y simultáneos. Somos hombre o mujer, papá o mamá, pareja, trabajador/a, hij@, amig@. El hecho de ser cada una de esas cosas no impide que podamos ejercer las otras con la misma dedicación e intensidad.
No por el hecho de ser buenos trabajadores dejamos de ser buenos amigos ni si somos buenos hijos dejamos de ser buenos padres. Una de las claves consiste en poner toda nuestra energía en aquello que estamos haciendo en el momento presente y dedicarnos con la misma pasión a lo que nos toca hacer en el instante siguiente.
La relación de pareja está basada sobre 3 pilares fundamentales: la pasión, la intimidad y el compromiso.
Cada ser humano trae al encuentro con otro, para construir una pareja, su propio triángulo del amor. Los lados de este triángulo no son equiláteros; cada persona otorga una mayor o menor importancia a cada uno de ellos y las diferencias interpersonales son las que suelen generar las dificultades en la conformación de un vínculo sano y armonioso.
La pasión es la fuerza y la energía que depositamos en el vínculo con el otro y en la relación de pareja suele estar referida al campo sexual, aunque no siempre es así (una pareja, por ejemplo, puede expresar su pasión a través de los conflictos, aunque esto no sea lo más constructivo).
La intimidad es el espacio compartido solamente entre esas dos personas, aquellos momentos en los cuales ambos están emocionalmente abiertos, vulnerables (y seguros) delante del otro. Y el compromiso es la decisión consciente de construir un proyecto conjunto, tenga éste la calidad que sea.
Si alguno de estos componentes no está, o existe entre ambos una diferencia muy marcada en cuanto a las necesidades con respecto a cada uno de ellos, existe el riesgo de que la pareja no se sostenga.
Según tu planteamiento, observo dos situaciones fundamentales. Una se relaciona con la posible diferencia entre tu sentido del compromiso con respecto a la formación y mantenimiento de una pareja y el de las mujeres con quienes te has encontrado.
Las parejas tienen ciclos, que van cambiando a medida que transcurre el tiempo y se produce una evolución natural de la relación.
Es probable que ellas (con quienes eventualmente se ha terminado la relación) quisieran pasar a una etapa más avanzada de la pareja que implica un mayor nivel de compromiso (más tiempo juntos, compartir la vivencia de los chicos, eventualmente la convivencia) mientras que tú quieres seguir manteniéndola en un estado menos comprometido. Y entonces se produce la ruptura.
Por otro lado, el hecho de ser papá dedicado (me parece excelente que lo seas) no implica que no puedas compartir ambos roles.
Cuando estás con tus hijos puedes dedicarles tu atención completa; cuando estás con tu pareja, hacer lo mismo y finalmente también es posible coordinar ambos roles, sin descuidar a ninguno de ellos, haciendo actividades en conjunto, que todos disfruten.
Creo que podrías reflexionar sobre tu visión con respecto a la pareja para darte cuenta de lo verdaderamente quieres y pensar si tus hijos no están sirviéndote como excusa o como barrera para evitar un vínculo más comprometido.
En el caso de que lo que quieras sea una relación sin mayor nivel de obligaciones, tendrás que encontrarte con alguna mujer que esté dispuesta a lo mismo, con todo lo que esto implica.
Pero es posible que estas relaciones no tengan una muy larga duración, porque con el correr del tiempo, salvo excepciones, las personas vamos necesitando acercarnos y compartir distintas áreas de la vida, así como construir proyectos conjuntos.
Ambos aspectos (tus hijos y tu pareja) pueden perfectamente formar parte integral de tu vida. Sólo tienes que dejarlos confluir.
En todo caso, te deseo mucho éxito en conseguir lo que deseas y que ello te produzca felicidad.
Lic. Verónica Kenigstein
Periodista, Master en Educación sexual y género
Dirige De amor y de sexo, multimedios
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