domingo, 18 de octubre de 2009

La fantasía de filmarte teniendo relaciones sexuales...


Claro que has pensado en ello. Y si dices que no, estás mintiendo. Formar parte de una pareja moderna, sin inhibiciones, y las disponibilidades tecnológicas actuales, hacen que alguna vez lo hayas considerado.

Incluso puedes habérselo propuesto a tu novia o esposa. Filmarse teniendo sexo..., te parece una buena idea, pero se trata un arte muy sutil como para zambullirte y andar improvisando.

Cuando se lo hace en forma adecuada, filmarse en el acto sexual puede ser beneficioso desde varios puntos de vista para la pareja —mayor cercanía, más excitación, más diversión, mejor sexo, etcétera—.

No obstante, existen algunos errores comunes que deben evitarse si quieres asegurarte que tu video no sea un problema para la relación.

Con un poco de preparación y conocimiento, puedes lanzarte a la pileta —o a la cama— y filmar tus relaciones sexuales.

Material de trabajo

Tranquilo, vamos a hablar sobre la cámara —ya hablaremos de “tu material” en el momento adecuado—. A la hora de hacer una película casera de calidad, todo se resume a la cámara.

Si bien las Web cams son fáciles de usar y están disponibles en casi todos los hogares, es recomendable evitar su uso, dado que la resolución es más que pobre y, además, está amarrada por un cable a la computadora —lo que la hace incómoda y poco manejable—.

Además, si van a filmar su relación sexual desde la mesa de la computadora, ubicada a 10 metros de la cama, lo más posible es que se vea tan poco que de lo mismo que sean ustedes o unos extraños los que están teniendo sexo.

Haz una inversión segura, sensata, y compra una cámara MiniDV. No es necesario que salgas a comprar una cámara profesional HDV —las posibilidades de una cámara de alta gama no te aportarán demasiado dentro de las cuatro paredes de tu dormitorio—.

Lo que necesitas es algo con una resolución decente y de un tamaño pequeño para poder manipular con relativa facilidad.

Acicalado

Sabemos que sueles ser un tipo limpio y prolijo, pero créenos cuando decimos que la cámara va a ver cosas que generalmente se te pasan por alto. Las áreas a considerar son tu espalda, el trasero, y el perineo.

Las cosas que debes buscar son granos y pelos extraños —lo último que quieres es que ella se distraiga con ese grano gigante que tienes en tu nalga izquierda—.

Si tienes vellos sobre el perineo y en la cola (¿quién no tiene?), no es necesario que te afeites estas áreas, pero sí considera hacer un ligero recorte, de modo que tu cuerpo se parezca menos a un hombre lobo y más a un actor porno —recuerda que estamos haciendo un film sexual—.

Al mismo tiempo, es una buena idea darse una ducha antes de la gran escena. Esto te permitirá hacer una completa revisión de las áreas problemáticas de tu cuerpo, identificar los cosas que no se ven bien, y corregirlas. Asimismo, te asegurarás que todo esté limpio y reluciente para la cámara.

Entrando en clima

Eres bueno en la cama —excelente, te han dejado saber algunas—, pero convengamos que cualquiera puede tener un día malo. ¿Acaso nunca has terminado el partido antes de conseguir anotar un gol?

Claro que todos tenemos algunos trucos escondidos con los que conseguimos mantenernos y esquivar el orgasmo, aunque no serán de mucha ayuda mientras te encuentres observándote en acción en la diminuta pantalla de LCD de tu cámara.

Es entonces importante que te des una ducha antes grabar, no sólo para eliminar cualquier grano gigante de tus nalgas, sino también para hacer una “descarga de tensiones” preliminar al acto.

También puede serte de ayuda una copa de vino. De hecho, si ambos toman una copita de vino antes de pasar a la cama, seguramente se liberarán de tensiones y ansiedad, y se sentirán más a gusto mientras actúan frente a la cámara.

Desde luego, puede ser un poco extraño que te recomienden “beber y masturbarte antes de filmarte teniendo sexo”, pero lo último que quieres es que tu debut en la pantalla grande termine antes que los créditos iniciales —recuerda que esa cinta puede decir mucho acerca de tus destrezas amatorias—.

Puntos de vista

Tan importante como cambiar de posiciones durante el acto es el hecho de cambiar los ángulos de la cámara. Si bien es tentador el hecho de ser el que filma, la idea de tener una cámara pequeña y ligera, es para poder pasársela de uno a otro con relativa facilidad.

Otorga a tu pareja la oportunidad de filmarte. Permítele elegir lo que quiere ver en la película que los tiene como protagonistas. De lo contrario, no será más que una cinta en la que un extraño se esté tirando a tu novia.

Si ambos forman parte del film, es más factible que puedan disfrutar de la experiencia posterior de mirarlo y efectuar reseñas. Y si ella está contenta con los resultados, seguramente volverán a hacerlo.

Propiedad

Antes de filmar cualquier acto sexual, habla con tu pareja acerca de la propiedad de la cinta. Para la privacidad de cada persona involucrada, es conveniente que exista una sola copia, sin importar de la cantidad de participantes en la escena.

Nunca subas la filmación a una computadora ni la transfieras a un formato alternativo —suele ser así como las terceras partes tienen la oportunidad de poner sus ojos sobre cosas privadas—.

La regla de caballerosidad sostiene que deberás entregar la cinta a tu novia y permitir que ella la conserve, aunque con algunas condiciones. Por ejemplo, realiza un pacto por el cual la cinta debe destruirse en caso de que la relación se termine.

Y en caso de que esto te resulte demasiado peligroso, el pacto será conservar el video sólo por algunas semanas, luego volver a mirarlo, y finalmente destruirlo.

Hazlo por diversión

Casi está de más decirlo, pero hacerlo es una obligación moral: recuerda que debes hacerlo por diversión, con el consentimiento de la otra persona involucrada, y nunca con fines extorsivos o de chantaje.

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