lunes, 30 de junio de 2008

Poco ejercicio es mejor que nada!


Una de las mayores excusas para no hacer ejercicio es "no tengo tiempo". Pero la realidad es que todo lo que hagamos, aunque sea poco, será bueno para la salud de nuestro corazón.

Poniéndose en movimiento
La actividad física no necesita de tiempo y más tiempo, de dedicarle horas (que muchas veces no tenemos, teniendo en cuenta el trabajo, la familia y todas las demás actividades) para poder ser beneficiosa para nuestro organismo.
Esta forma de pensar es una de los grandes obstáculos con los que se encuentra la persona ocupada que decide empezar a entrenarse. La idea de que de ninguna forma le alcanzara el tiempo y que no podrá obtener beneficios de su ejercitación (con todo el trabajo y cansancio que éste acarrea) es una de las grandes causas de que el comienzo del entrenamiento sea pospuesto, muchas veces de forma indefinida, bajo la idea de que si bien en este momento no tenemos tiempo, tal vez el mes que viene si lo tengamos.
Pero como veníamos diciendo anteriormente, periodos cortos de ejercitación, sesiones de quince o veinte minutos, repartidas a lo largo del día también pueden ser beneficiosas, y nos dan la ventaja agregada de que podremos manejarlas mucho mejor, acomodándolas de la mejor forma posible (o la mas cómoda) a nuestra agenda.
Así como los estudios más recientes demuestran que estas pequeñas sesiones ayudan, al menos en lo que a ejercitar el músculo cardiaco se refiere, también suelen ser de mucha ayuda para aquellas personas de costumbres muy sedentarias, ya que pueden servir como un impulsor, una plataforma de salto para empezar con la realización de actividades físicas.
Esforzándose
La palabra clave, sin embargo, en todo lo que hemos estado hablando es esfuerzo. No hay otra salida, si uno quiere realmente trabajar y ejercitar, que realizar esfuerzo.
La ejercitación que puede ayudarnos a combatir enfermedades cardiacas es una ejercitación que debe poner al corazón a trabajar con mas fuerza, lo cual, como cualquier tipo de músculo, hace que con el tiempo se vuelva cada vez más fuerte. No buscamos ejercitarnos como atletas olímpicos, pero sí subir la velocidad a la que nuestro corazón palpita.
Para apoyar esto que estamos diciendo, hay pruebas que nos dan las ciencias médicas modernas que nos permiten comparar los resultados y los beneficios que se obtienen cuando se realiza una actividad física exigente, del tipo que deberíamos realizar; y cuando se realiza una actividad física mucho más moderada, que no somete a nuestro organismo a ningún tipo de prueba de resistencia ni de fuerza.
Los números son bastante categóricos y nos hablan de una reducción del riesgo de sufrir problemas cardiacos de entre un diez y un veinte por ciento en aquellas personas que realizan actividades físicas exigentes, de tipo aeróbico, y que ponen a prueba el vigor. Cuanto más vigoroso el ejercicio, mayores parecen ser los beneficios obtenidos.
Los mejores resultados los consiguieron aquellas personas que participaban regularmente de actividades aeróbicas como correr, trotar, natación, tenis o aerobics. En cambio, las personas que realizaban actividades aeróbicas mucho más moderadas como ser caminar, jugar al golf, bailar o trabajar en el jardín obtuvieron beneficios, pero estos no pasaban en general del diez por ciento (nótese cuan importante puede llegar a ser la diferencia de reducción de daño entre uno de los grupos y el otro).
Cuanto mayor sea la cantidad de ejercicio que se realiza por semana, mayores son también los beneficios obtenidos.
Cómo ayuda
Dentro de nuestro cuerpo suele haber pequeños combates. Entre ellos, uno es el que se da entre los dos tipos de colesterol, el que normalmente se denomina “bueno” y el que se denomina “malo”.
La presencia de colesterol bueno elevado es un marcador de menor riesgo de afecciones cardiacas, mientras que todos sabemos qué malo que puede llegar a ser el otro para nuestra salud, como gran causante de problemas de presión sanguínea y de problemas del corazón, ya que cuanto más tenemos es porque más grasa tenemos en las arterias y más problemas de circulación podremos llegar a tener.
¿Cómo se relaciona esto con el ejercicio y los motivos por los cuales este es tan bueno para nuestro organismo?
La ejercitación regular colabora en la formación de colesterol del denominado bueno, con lo cual ayuda a protegernos de problemas cardiacos. Por otro lado, estos altos niveles de colesterol bueno pueden servir para ayudar a reducir el colesterol malo, con lo cual los beneficios están mas que claros.
Es, como dijimos, una especie de lucha que se da dentro de nuestro organismo y que el ejercicio ayuda a inclinar hacia el lado que nosotros queremos que triunfe.
Además, el ejercicio ayuda a hacer que las células endoteliales se vuelvan más saludables. Estas son células que se encuentran en las paredes de nuestras arterias, y su buen funcionamiento y estado de salud ayuda a prevenir el taponamiento y endurecimiento de las arterias.
A esto le sumamos el fortalecimiento del músculo propiamente dicho y podemos claramente ver que los beneficios y los motivos de estos beneficios son muchos, variados y científicamente lógicos.
Previniendo dolores
Una ventaja más del ejercicio en sesiones cortas. Muchas veces, cuando empezamos a entrenar, especialmente cuando no lo hemos hecho por mucho tiempo (o nunca, directamente) la primera vez que vamos al gimnasio nos matamos haciendo absolutamente todo lo que se puede hacer.
Esto suele tener un resultado que no es exactamente el que deseamos: dolor de espalda y cintura por un esfuerzo demasiado grande y demasiado prolongado, al que nuestro cuerpo, obviamente, no está acostumbrado (¿y como podría estarlo, si no es algo a lo que lo hayamos expuesto habitualmente?).
En cambio, si partimos nuestro tiempo de ejercitación en dos sesiones de quince o veinte minutos obtenemos el mismo beneficio y no sometemos a nuestro cuerpo a un esfuerzo tan prolongado ni que le demande tanto en un momento en que no puede realizarlo.
Lentamente, iremos acostumbrándonos al ejercicio, sin pasar por las etapas de dolor que son bastante habituales (las cuales, además, son una de las grandes causas de que aquellos que recién comienzan abandones los ejercicios, sintiendo que sólo les está trayendo dolor. Como en casi todas las áreas de la vida, los beneficios toman tiempo para aparecer, mientras que los problemas son instantáneos).
Si lo sumamos a la forma en que elimina la excusa de la falta de tiempo, nos daremos cuenta de que es definitivamente una buena idea que al menos hay que tener en cuenta.

Recuerda que tú eres un hombre bello y saludable...Mantén tu rutina de ejercicios!

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