lunes, 14 de abril de 2008

No mientas a tu pareja en la cama!


Muchas veces la rutina y las preocupaciones a lo largo de la vida atentan contra la vida sexual. Y las parejas lo viven de diferentes formas. Ponte atento a las necesidades del otro y ayúdalo a recuperar el placer de la sexualidad.

Los hombres parecen imposibles de complacer. La mayoría de ellos son niños grandes, y por eso es justo alejar algunos deseos. Es comprensible que muchos de ellos aún quieran llevar a cabo sus imposibles fantasías adolescentes, pero antes de que tu hombre te llame una de estas noches, date un momento para pensar en algunas cuestiones. Y no te preocupes, habrá algunas palabras para decirletambién.

Pero primero, este problema común tiene algunas causas habituales. El más simple es el tiempo. Después de un tiempo, el sexo se vuelve rutinario. Lo disfrutamos, pero también disfrutamos viendo una reposición de una vieja serie en televisión. A menudo la pasividad le gana a la pasión. La rutina y la pérdida del apetito sexual pueden ser combatidas a través de un retorno a lo simple. ¿Qué es lo que tu hombre quiere? ¿Qué es lo que disfruta en el dormitorio? Cuando tú comenzaste a hacer el amor con él ¿qué fue lo que hiciste que lo volvió loco?

Las desigualdades se deben a que las cosas han cambiado, pero el tiempo que ha transcurrido entre sus primeros encuentros sexuales y los últimos nos ha hecho olvidar cómo disfrutarlos.

Hacer el amor supone una decisión. Tenemos que entrar al dormitorio queriendo complacer a nuestros compañeros. Los hombres no quieren una pareja simplemente tendida en la cama hasta que ellos lo decidan. Los hombres quieren sentirse queridos y deseados mucho más de lo que pensamos y el camino para mostrarle eso a un hombre es tu participación en la cama.

El tiempo en la cama no es para dormir, es para ejecutar. Sin embargo, los hombres no piensan que su pareja sea la única que necesita dar forma a su compromiso en hacer el amor. Una vez que su pareja ha perdido el interés por alguna razón, ellos a menudo dejan de buscar el complacerla en forma deliberada, y se enfocan sólo en su propio goce. El resultado: un círculo vicioso que terminará haciendo que la otra persona tenga menos interés aún en el sexo.

Pero tú, como pareja de un hombre, sabe cuando él está solamente enfocado en su orgasmo y no en brindar mutuo placer. Vayan al dormitorio habiendo hecho la elección de complacerse mutuamente. Si ambos se deslizan entre las sábanas listos para seducir y complacer al otro, seguramente los dos encontrará que su deseo retorna.

A medida que crecemos, los cambios aparecen y la cantidad de responsabilidades crece, y el sexo se convierte en una rutina. Necesitamos recordar cómo podemos sentirnos, y que podemos sentirnos mejor sólo si prestamos atención a lo que hacemos y a las necesidades del otro. Si olvidamos cómo complacer al otro, entonces ambos miembros de la pareja deberán decidirse a enseñárselo al otro nuevamente. Esto puede resultar muy divertido.

El sexo no es complacer a tu pareja con la presencia pasiva en la cama, como si se tratara de un trámite. Eso hará crecer el resentimiento. Y, caballeros, si notan esta actitud en su pareja , hagan algo al respecto. Ambos necesitan tener la responsabilidad del placer del otro. El sexo nunca debe ser pasivo. El sexo es una actividad. Conlleva atención. Al darlo, ambos se encontrarán a sí mismos en un final de placer recibido.

Recuerda que tú eres un hombre bello y saludable: no caigas en la rutina sexual con tu pareja!

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