miércoles, 14 de mayo de 2008

El mobbing y el abuso de autoridad



En los últimos tiempos,-en el ámbito laboral- se ha visto cómo el abuso y discriminación por parte de incompetentes jefes o directivos,-varones o mujeres- que pretendiendo ser “líderes”, no hacen más que redituar sus características de maledicencia frente al entorno de sus trabajadores. ¿Cuántos no se han visto alguna vez con individuos que les han hecho todo por complicarle la vida?


Esa experiencia sumamente traumática fue “bautizada como acoso moral" por la psiquiatra y psicoanalista MarieFrance Hirigoyen.Haciendo un análisis sobre este tema tan controvertido, podemos señalar que El “mobbing” es el fenómeno en que una persona o grupo de éstas ejerce una violencia psicológica de lo más extrema, de manera sistemática y permanente (al menos una vez por semana) y durante un tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo, con el objetivo de derruir los vínculos comunicacionales de la víctima, tratando de destruir su reputación (opción sexual, religiosa, política, etc) perturbando el ejercicio de sus labores hasta lograr finalmente ser despedida del lugar de trabajo.
Perfil del acosador
El acosador psicológico se vale de todos los medios que la sociedad pone a su alcance, como son el poder de mando, económico, político o social. La actitud del acosador por lo general denota arbitrariedad-que es incompatible con el principio de autoridad-; puesto que suele basar sus decisiones en el” chisme o comentario mal intencionado”, contando para ello con una “corte de subalternos-inclusive autoridades-“que se juntan sumisamente para obedecerle aún no teniendo la razón. Es decir, actúan con prepotencia amparados en el poder que detentan haciendo escarnio de los que no están de acuerdo con sus posiciones un tanto autoritarias.
Barón, al respecto, señala que: "Es posible que no exista diferencia aparente entre las características que presenta gran parte de acosadores con el resto de la población”. Pues, nos encontraremos con acosadores que se manifiestan como grupo, acosadores que intervienen institucionalmente, otros que lo hacen a título propio y un sinfín de casuísticas diversas.
En la mayor parte de los acosos morales o psicológicos en el trabajo ha de primar fundamentalmente el objetivo y el interés que persigue esta figura en su proceso de hostigamiento. Algunos autores han referenciado características subyacentes en la personalidad del acosador tomado como individuo. González de Rivera nos habla, y advierte características psicopáticas referidas a una ausencia en la capacidad para ponerse en el lugar del otro y asimilar sus sentimientos, incluso se ha llegado a tocar la posibilidad de tener “rasgos esquizofrénicos."
Sin embargo, independientemente de la acepción patológica o seudo patológica que podemos entender del sujeto agresivo y acosador, no es menos cierto que causa un daño tremendo en sus víctimas, puesto que raras veces centramos el problema de la violencia psicológica en este punto. El o la acosador (a) psicológico (a) suele moverse con audacia y maestría detrás del escenario aprovechando la oportunidad que le concede el desconocimiento abierto de sus propósitos. Al perder este valor añadido en sus estrategias frena el ejercicio de su conducta de violencia psicológica, en espera de las condiciones que le permitan arremeter nuevamente contra su víctima con mayor confianza de éxito, -amparados, muchas veces- en el poder que ejercen.
Tratan incluso de convencer a los testigos, -conocedores de su maldad-, de que todo son imaginaciones y manifestaciones exageradas o reacciones desmesuradas e incluso patológicas de sus "pretendidas víctimas". Adoptando por tanto, una increíble posición de "victimización"
La marginación
Consiste en excluir al acosado del ámbito laboral, ya sea por despidos, fin del contrato,jubilaciones anticipadas, invalidez, supuesta pérdida de la razón y a veces, incluso, con pérdida de la vida (suicidio, accidentes laborales mortales). En el caso de marginación, ésta es potenciada por "compañeros" ansiosos de obtener beneficios o prebendas a expensas de los derechos usurpados al acosado puesto que de una manera normal o correcta, no serían capaces de conseguirlos por los cauces ordinarios. Es notorio observar en el entorno laboral, hacer todo tipo de humillaciones, faltando el respeto al acosado, creando rumores malignos, comentarios vejatorios, falsedades y calumnias, puesto que todos quieren hacer "méritos" ante al acosador, al que temen con pavor ya que es el que reparte favores y permite las conductas de lo más ruines.
Para redondear la "faena" el acosado debe estar en un lugar lo más incomodo posible, invisible del público, aislado de los compañeros y haciendo tareas inútiles o lo más rutinarias y repetitivas posible, para que el sentimiento de fracaso se vaya apoderando del acosado. Este método lo usó con gran éxito Stalin el dictador ruso para sacar a los personajes históricos incómodos a sus teorías.
Al mismo tiempo, se crea un estado de opinión de que "es un personaje conflictivo", que "no se comunica" o "no participa", que "no se integra", etc. Además de maltratado, se le imputa o llega a crearse en la víctima todo lo negativo sin ser cierta la supuesta premisa del acosador.
Cómo responder al acosador
Poner al desnudo al agresor, no solo compete a la victima sino que también lo es de cuantos la rodean y pueden apoyarle.
Dicho apoyo se tiene que desplegar desde el círculo más informal de personas que mantienen una comunicación cotidiana con la víctima, hasta la formalizada y obligada actuación de los responsables de la entidad, -si los hubiere-, o en su defecto acudir a instancias legales.
Es sabido que el agresor se sirve de los recursos sociales e institucionales cuando el acoso psicológico se produce en el lugar de trabajo, frenando los beneficios y sus objetivos si se le desvela o se censura públicamente su conducta de acoso; por lo que se hace necesario que la respuesta del entorno social,- en el que se produce el acoso psicológico- sea oportuna tanto en el tiempo como en su magnitud sin que se quede en el vacío. Puesto que la ausencia de respuesta del entorno o de las personas que rodean a la víctima, se puede convertir en el mejor reforzador de la conducta agresiva del acosador.
Nos desenvolvemos en una sociedad mediática, dominada por la información y las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (T.I.C.) y con ello tenemos una valiosa oportunidad de utilizar todos los mecanismos que se requieran para formar e informar a los responsables de la toma de decisiones y que pongan a estos seres violentos.
Consideramos que una de las maneras más eficaces de conseguir aquello que por su magnitud trasciende de los recursos y posibilidades de una sola voz, en ocasiones maltratada, desorientada y tal vez, desgraciadamente afectada por alguna patología fruto del acoso psicológico, es organizando el apoyo social a través del impulso de grupos activos como los llamados círculos de calidad o los medios de comunicación, que ejerzan un compromiso en el tratamiento de la información, dado que estos son los que más rápidamente puedan servir para frenar -integralmente- a la figura del acosador.

Recuerda que tú eres un hombre bello y saludable: no permitas que te acosen en tu trabajo ni te conviertas en un acosador!

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