miércoles, 28 de mayo de 2008

Los hombres que enfrentan una separación


¿Por qué los hombres sufren más una separación? ¿Qué los hace más vulnerables? ¿Cómo afrontar esta situación?

La negación
Luego de una separación, los hombres suelen pasar por mayores dificultades que las mujeres. Muchas veces, ni siquiera pueden darse cuenta de lo que están sintiendo ni de lo que piensan de su nueva situación. Pueden pasar meses antes de que puedan darse cuenta de lo que está sucediendo y muchas veces, para este punto, ya han llegado a un estado de depresión difícil de superar.
Por lo general son los amigos o parientes quienes primero se dan cuenta. Sus manos están todo el tiempo transpiradas, la garganta se le seca, se queda sin aliento con facilidad y siente unas ganas aparentemente inexplicables de llorar. La negación hace que la persona siga con las rutinas de su vida mientras desciende por una espiral de sentimientos reprimidos y negados. Cuando los familiares tratan de ayudar, muchas veces son rechazadas. Esto es parte de la negación sumado a la dificultad de aceptar ayuda luego de que, durante años, se ha querido ganar más y más independencia de la familia. Entonces llega un amigo o conocido, alguien que hace unos meses que no ve y que no está enterado de toda la situación. Ese amigo le pregunta si está bien, qué ha sucedido. Y es ante esta persona que se abre, que deja salir toda la angustia contenida, todo un mar de sentimientos que no podía reconocer y que lo hundía cada vez más. Entonces entiende que necesita ayuda profesional, entiende lo que psicólogos llaman depresión.
Las rutinas de ser hombre
Los estudios indican que el 45% de las consultas por depresión que reciben los profesionales son de hombres que deben lidiar con su mundo post matrimonial. Estos profesionales aseguran que las mujeres suelen construir una red de relaciones más sólidas que los hombres. Ellas viven en un mundo mucho más social: asisten a las reuniones de la escuela de sus hijos, organizan cenas en la casa, visitan a los vecinos, llegan a conocer a más gente. Mientras tanto, muchos hombres se dedican a trabajar y asegurarse que no le falte nada a la familia. Las mujeres también trabajan con el mismo propósito pero la diferencia es que ellas no apartan su vida social a causa de esto. Para los hombres, el trabajo y la familia es el refugio contra todo lo demás, incluso sus propios sentimientos.
Por estas razones, los hombres al separarse encuentran un vacío que les resulta difícil de sobrellevar. Un vacío que les hace preguntarse por qué hacen lo que hacen. ¿Por qué siguen trabajando? ¿Por qué siguen levantándose todas las mañanas para ir a la oficina? ¿Para qué levantarse alguna vez?
No tengo tiempo para esto, ¿puede darme una pastilla?
Un hombre de unos cuarenta o cincuenta años se acerca a un consultorio para tener una entrevista con un psicoanalista. Esta persona querrá que el psicoanalista resuelva sus problemas para que pueda seguir trabajando en la oficina. Pensará que con dos o tres sesiones y unas pastillas todo estará solucionado. Pero de pronto si el doctor les pregunta “¿Y qué sucedió cuando usted tenía 14, 15 años? ¿Cuándo pudo darse cuenta y ser consciente de lo que usted quería, de usted mismo y de la forma de relacionarse con sus padres y su familia?”, podrá verse que esa persona aparentemente tan ansiosa por resolver sus problemas se convertirá en alguien que no quiere invertir tanto tiempo en su tratamiento. “Tengo una reunión de trabajo a la que tengo que asistir, ¿no puede recetarme unas pastillas?”
La soledad de ser hombre
Mientras las mujeres, gracias a sus luchas diarias, han logrado ganar más libertades, independencia y seguridad personas, el hombre se encuentra perdido en el nuevo rol a cumplir en las relaciones de pareja y en la sociedad. Los hombres que han llegado a la mitad de sus cuarenta años, se encuentran muchas veces sin otras relaciones personales que su familia. Sus lazos sociales se han diluido en los años de matrimonio y al momento de la separación se encuentra solo. Completamente solo. Puede intentar reconstruir algunas relaciones, llamar a viejos amigos, pero le será imposible construir una red social lo suficientemente fuerte como para contenerlo emocionalmente.
La fabulosa vida de soltero
Se deben sumar todos los asuntos prácticos que implican una separación. Por lo general el hombre es el principal sostén económico de la familia pero no es quien se queda con la tenencia de los niños. De modo que debe pasar por muchas dificultades legales y lograr acuerdos para poder verlos los fines de semana. Esto, si pasa periódicamente y sin falta la cuota de alimentos y logra tener un trabajo con ingresos suficientes para sobrevivir. Existen casos en los que al padre ya no se le permitió ver a sus hijos porque sus ingresos eran menores que cierto nivel, a pesar de estar pasando la cuota de alimentos que su salario le permitía.
Estos hombres ni siquiera pueden regresar a sus vidas de solteros. Deben seguir preocupándose por mantener a la familia pero sin que se les permita disfrutarla cuando lo desee.
Hombres ciegos
La mayoría de las veces, los hombres ni siquiera se dan cuenta de que la relación está por terminarse. Simplemente aparecen en sus casas y su mujer dice que quiere separarse y que se lleva a los chicos.
Las estadísticas indican que el 64% de las veces, son las mujeres quienes deciden por ellas mismas iniciar el proceso de separación. La estadística va en aumento a medida que la mujer gana mayor independencia económica. Esto hace que, al momento de la separación, ellas estén mejor preparadas porque es algo que vienen pensando y planeando hace tiempo. Para los hombres es un precipicio que aparece a sus pies.
A los hombre les resulta difícil ver los indicios que le adelantan una separación. Por un lado porque no están acostumbrados a comunicarse por indicios, sino que tienen una forma más frontal de relacionarse con las personas. Por otro lado, la negación puede volver ciego al hombre más perceptivo.
Tratamiento post separación
Para superar esta situación, algunos eligen de forma inconsciente anestesiarse emocionalmente. Dejar de sentir cosas y seguir con su rutina diaria. Otros se anestesian con alcohol o drogas y hay quienes llegan a la violencia de una furia descontrolada o actos autodestructivos.
Es necesario que los hombres puedan darse cuenta y ser conscientes de sus emociones. Es necesario que busquen ayuda para lograrlo. Deben abrirse a la comunicación. A una comunicación real donde puedan expresar sus sentimientos. Una comunicación donde no sientan que serán juzgados. Hablar con amigos es algo que ayuda pero se debe considerar la ayuda profesional. Existen cosas que no le contamos a los amigos pero que podemos contarle a un completo extraño que no volveremos a ver en nuestra vida cotidiana. Un psicólogo puede ser esa persona, o puede ser alguien que conozca su historia y lo guíe a través de sus sentimientos sin juzgar lo que siente o lo que hace. Un profesional puede iluminar el camino que sus emociones deben recorrer para salir de usted mismo.


Recuerda que rú eres un hombre bello y saludable... Supera esa separación!

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